LA MANGA
Los comics japoneses dan particular importancia a la historia (a la amplitud de las mismas, a la variedad de sus temas) y, especialmente, a la narración (a su fluidez, a las técnicas que se usan para sugerir sensaciones y sentimientos). En Japón, un mangaka es alguien que quiere, más que nada, contar historias, al contrario que los autores franceses de bande dessinée 'BD' (1), quienes, generalmente, se convierten en artistas de cómic a través de un interés en el dibujo.
A diferencia de la BD franco-belga, la cual hasta los años 90 se contentaba con hacer un refrito de los mismos temas de ciencia ficción, históricos o de universos de aventuras, la manga (2) siempre ha hecho énfasis en la vida cotidiana como tema.
Por lo menos la mitad de los comics japoneses narran historias de hombres y mujeres y sus vidas cotidianas. Esta adhesión a la vida cotidiana como tema es para mí la principal razón del éxito de la manga en una amplia variedad de lectores. Mientras los universos de ciencia ficción o de acción del cómic franco-belga o americano están dirigidos casi en exclusiva a adolescentes masculinos, en Japón la manga de historias cotidianas llega de igual manera a hombres y mujeres, a adolescentes y adultos. Esto permite atraer a unos lectores que no sólo sean otakus, muchos lectores japoneses no son otakus (significa « aficionado al manga », de igual modo que uno puede ser « coleccionista de sellos », « entusiasta de la fórmula uno » o « groupie de Smap » (3) ), sino, simplemente, curiosos, gente de mente abierta que leen comics de la misma manera que leerían novelas o ir ían al cine...
Es paradójico que la vida cotidiana, el tema favorito del cine francés, y del cine europeo en general (perceptiblemente, en contraposición al cine de Hollywood), haya estado ausente de la BD durante mucho tiempo, mientras que siempre ha sido un tema preferido de la manga...
LA MANGA QUE SE HA TRADUCIDO EN FRANCIA
Casi toda la manga que se ha traducido al francés en los últimos diez años ha sido manga comercial dirigida a adolescentes, como consecuencia de las series de animación que les habían precedido en las pantallas francesas. Mostrando temas de aventuras, ciencia ficción, protagonizados por héroes... Como en Japón, este tipo de manga tan específico genera su propio fenómeno otaku : prensa especializada, cosplay (Costume play : concurso de disfraces), etc. Cierto número de manga sobre la vida cotidiana también es traducida, pero de nuevo va dirigida a adolescentes, con la vida cotidiana tratada a menudo con sobredramatismo o de forma caricaturesca : una vida cotidiana parecida a la de Hélène et les garçons o a las telenovelas domésticas de la televisión japonesa, en vez de a Cada uno busca su gato u Omohide Poroporo (4).
La manga sobre la vida cotidiana, que debería ser capaz de llegar en Francia a una audiencia que vaya más allá de sólo los otakus, es una manga más adulta, con la vida cotidiana retratada sin sobredramatismo o estereotipos : una manga que, de todas formas, hasta la fecha ha sido virtualmente ignorada por los lectores francoparlantes, con la excepción, hace unos años, de las ediciones traducidas de El almanaque de mi padre o El caminante de Jirô Taniguchi.
BD
Comparada con la manga, la BD pone más énfasis en el dibujo. Sus autores son, principalmente y sobre todo, illustradores, a menudo más preocupados por el aspecto gráfico, que por el guión. Los lectores son los primeros en confirmar este « énfasis » puesto en el aspecto gráfico : un álbum de dibujo hábil o moderno siempre encontrará compradores en Francia, incluso si la historia es mala o estúpida...
LA BD QUE SE HA TRADUCIDO EN JAPÓN
Exceptuando las traducciones de unos pocos álbumes de Tintín, los cuales uno encuentra de vez en cuando en la sección infantil de las grandes librerías y que, aparentemente, sólo llegan a ciertos lectores (5), ninguna BD publicada en Japón en los últimos diez años ha conocido un gran éxito (6).
Sin embargo, los nombres de dos autores - Mœbius y Bilal - son conocidos hoy en día por miembros de la industria japonesa del cómic y, en menor medida, por algunos lectores. Este reconocimiento no se debe a las ventas de sus obras (porque son datos confidenciales), sino, exclusivamente, a la promoción de sus nombres en una campaña orquestada desde el final de los años ochenta por las editoriales, la prensa, las librerías y las instituciones francesas.
De cualquier modo, hay muy pocas posibilidades de que la BD de estos dos autores consiga un extenso público en Japón, esa amplia variedad de lectores de la que hablaba antes...
MŒBIUS
Tal y como sucede a menudo con la ciencia ficción, las historias de Mœbius son muy peculiares, uno necesita una cierta cultura y un sentido de nostalgia para apreciarlas, quiero decir, no sólo estar familiarizado con la BD y la « cultura Mœbius », sino cierta nostalgia por la BD de finales de los años setenta... En cualquier caso, es una cultura y una nostalgia que la mayoría de los lectores japoneses no comparte. Si Mœbius es conocido en Japón es, sobre todo, y merecidamente, por la calidad de sus dibujos : sus álbumes, por lo tanto, llegan hasta algún extraño otaku de la BD, pero, en general, generan interés exclusivamente en artistas profesionales, diseñadores gráficos, ilustradores, editores, etc. En Japón hay unos cinco o seis mil de ellos.
ENKI BILAL
Además de por sus películas, Bilal es apreciado en Japón por sus dibujos. Las recientes traducciones de El sueño del Monstruo y la Trilogía Nikopol pueden haber permitido a los lectores comprender sus historias, pero no ha habido un gran cambio en la percepción de su trabajo por parte de los lectores o los críticos japoneses. Por el contrario, han confirmado sus prejuicios : « ¡ La BD está muy bien dibujada, pero es estática y tediosa ! », « Incomprehensible », fue dicho en el caso de Bilal. Se imprimieron 6.000 copias de la versión japonesa de El sueño del Monstruo, editada por Kawadeshobô en noviembre de 1998, y en diciembre de 2000 sólo se habían vendido 4.800, tras dos años en las librerías y a pesar de una gran campaña publicitaria.
LA NOUVELLE BD
Con la aparición de editoriales como l'Association o Ego comme X, nació en Francia, a principios de los años noventa, un movimiento precisamente como reacción a la BD de ciencia ficción / héroes / acción para adolescentes de los años ochenta. Proponiendo historias basadas en la vida cotidiana (sean autobiográficas o ficticias) en un estricto formato de 46 páginas a color y viñetas en serie, estas editoriales y sus autores abrieron la BD a nuevos lectores, demostrando que la BD no estaba condenada al mercado exclusivo de los « fans de BD », buscadores de aventuras, de fantásticas y complacientes falsas imágenes...
El impacto de esta « Nouvelle BD » rápidamente sobrepasó las fronteras francesas y un gran número de autores descubiertos por l'Association y Ego comme X están siendo traducidos hoy en día en el resto de Europa y sus álbumes distribuidos en Estados Unidos, cuando la mayoría de sus colegas supuestamente más « comerciales » son incapaces de trascender el mercado franco belga...
Cuando trata sobre la vida cotidiana, la BD resulta no sólo más universal (la universalidad se encuentra generalmente en una cocina, o al fondo de un jardín, raramente en Marte o Alfa Centauro), sino que, a los ojos de los lectores extranjeros, también resulta más « francesa ». También es a través de encontrar el típico « toque francés » tan apreciado, que los aficionados al cine francés o a la literatura pueden convertirse en aficionados a la BD francesa.
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